jueves, 9 de agosto de 2012

Nos vemos en septiembre.

Nos vamos de vacaciones. Volvemos en septiembre.

 Desde aquí, quiero dar las gracias a José Francisco Arcos Serrano, César Bardés y mi gran amigo Apolo Sánchez por hacer de este blog un lugar fantástico, lleno de profesionalidad, pasión y talento. Mil gracias.


 Feliz verano a todos.

La visión del cineasta: Prometheus

Ridley Scott: cabalgando con ingenieros 

 EL JINETE ESPACIAL 

 El jinete espacial, el elemento base para el guión de Lidenlof. Un personaje que en el film original era una forma más en el desarrollo de la trama, una forma importante pero incapaz de crear debate más allá de la escena en la que aparece. Con el paso del tiempo la mastodóntica creación de H.R.Giger ha ido aquilatándose, creado un sinfín de conjeturas que lo han convertido, una vez que los aliens han sido explotados de todas las maneras posibles, en el gran misterio inexplorado de la saga. Estoy de enhorabuena, pues parece que “Prometheus” va a resolver todas las preguntas que me haya hecho sobre el origen del personaje, ¿no? Sí, pero las respuestas no van más allá de lo propuesto en los primeros cuarenta minutos de película... En serio: ¿por qué lo llaman los orígenes del Jinete espacial cuando en realidad quieren decir el origen de la genealogía del alien? La semejanza primaria de todos los elementos lo demuestra. Cada forma nos recuerda a su correspondiente evolución futura, retrayéndonos inevitablemente a aquella cinta del setenta y nueve por la que aseguran pasar sólo de puntillas. Todo eso crea un clima constante de confusión entre los que seguimos casi con devoción la saga y entramos en la sala convencidos de no ir convencidos de nada. Y es que conforme pasan los minutos, el film, se va convirtiendo en una suerte de remedo de “Alien” con la misma velocidad que el jinete espacial va perdiendo ese halo místico que adquirió al principio de la cinta, pasando de ser un ente todopoderoso a inevitable monstruo del film, con todas las incoherencias que ello conlleva, demasiadas. Las lagunas y situaciones de difícil explicación van lastrando el cuerpo del guión de tal forma que termina por fragmentarlo, rompiendo esa mínima unidad que se le debe de pedir a un evento de estas características. Damon Lidenlof co-autor del guión se ve superado en todo momento por un proyecto mayor de lo que su capacidad como guionista puede abarcar. Y no acuso al bueno del creador de “Perdidos” de mal guionista, sencillamente porque posiblemente ha tenido que obedecer unas directrices por parte del estudio difícilmente compatibles con un trabajo coherente. Al fin y al cabo, el proyecto, que nació como un remake (y que iba a ser dirigido por Carl Rinch, director de publicidad y yerno de Ridley Scott) parece que se ha mostrado inflexible en cuanto al concepto original de la estructura. 

 LA VUELTA DE RIDLEY A LA CIENCIA FICCIÓN 

 No hay que ser adivino para darse cuenta de que la ciencia ficción no es el género preferido de Ridley Scott. Treinta años ha tardado el maestro británico en volver a él, y lo ha hecho con muchísimo oficio pero, a sus 75 años, es evidente y se nota, que la ilusión creativa no es la misma. Eso no significa que la película (también) cojee en el aspecto visual, todo lo contrario, luce espectacular e impresionante, aunque quizás le falte ese punto de brillantez, esa chispa, ese toque de experimento... amén de que le sobra un punto de dejadez en ciertos detalles que demuestra que Scott era consciente de la dudosa calidad del guión que tenía entre manos. Y eso no ayuda a la hora de crear. Una de las cosas que marco su trabajo en “Alien” fue la capacidad de fabricar ambientes opresivos y claustrofóbicos. 
Es cierto que su nuevo film no es aquella joya, y al parecer no lo pretende, pero el caso es que el desarrollo de la historia, más allá de dejar una cierta sensación de deja vù, nos recuerda muchísimo al clásico del setenta y nueve. Por lo tanto tampoco es una locura haber deseado un compromiso más alto en ese aspecto por parte del director. La apuesta de este por la luz beneficia a aquellos que disfrutamos de los aspectos plásticos del cine, pero perjudica el momento en el que el film decide sumergirse de lleno en el horror. A pesar de todo, el trabajo de Scott nunca es un debe, y menos en un proyecto de estas proporciones. Su decisión por defender los efectos prácticos por encima de los digitales dando prioridad a los decorados físicos es toda una declaración de principios que se agradece y disfruta a partes iguales. 

 EL REPARTO 

 Que cada personaje debe de cumplir una función en toda película es una obviedad, y más si estos son un grupo amplio pero perfectamente controlable en función a la duración de la película. Lidenlof se ha permitido el dudoso lujo de traicionar conforme la trama avanza la base de cada una de sus creaciones. Los actores, como excelentes profesionales que son, cumplen perfectamente con las directrices marcadas por el guión llevándose Fassbender toda la gloria, en parte porque como actor se revela como uno de los mejores de su generación, y por otro lado porque sobre sus hombros recae una gran porción del peso de la trama. El británico compone un personaje muy interesante, pero menos complejo de lo que debería haber sido si el libreto hubiera cumplido, y es que el devenir de la trama termina lastrándolo con situaciones que ponen seriamente en jaque su excelente hacer interpretativo como David, que para mí, ha sido el mejor androide salido de las empresas Weiland, sin duda. Noomi Rapace es la otra estrella de la función y quizás la más maltratada a causa de las situaciones que le propone el guionista. Su personaje aguanta perfecto hasta que la acción, nuevamente, se precipita y la lleva a unas acciones cuya inverosimilitud, nuevamente, empaña, nuevamente, todo el buen hacer interpretativo de la actriz sueca. Charlize Theron por su parte intenta cumplir con el rol que le ha tocado. ¿Y cuál es su rol? Eso no lo tiene claro ni Lidenlof, pero está guapísima. Al resto de personajes le toca sufrir las inclemencias de la historia lo mejor que pueden y el destino de algunos se sitúa a la altura de algunas de las series B que aparecieron a la sombra de aquel primer Alien... e incluso peor. No me hagáis recordar las situaciones por las que pasan los valientes copilotos, el botánico (¿para qué sirve este personaje? Es que no...) o el geólogo (y cartógrafo...). 

 EL APARTADO VISUAL 

 Scott, como es habitual en un artista de su talla, ha vuelto a crear ambientes perfectos, pero, tampoco se ha propuesto innovar, como lo hiciera anteriormente en “Alien” descubriendo para el cine a artistas como Giger y Moebius o en “Blade Runner” donde contó con el trabajo espectacular de Syd Mead, artistas que aportaron ese punto no habitual y totalmente innovador que convirtió en referentes visuales a los dos films. Es cierto que en Prometheus ha participado Giger (suyos son los murales que podemos ver en una de las cámaras de la nave alienígena), pero su aporte, aparte de casi testimonial, ha sido, y no me cabe duda, un homenaje a los fans del universo que creó el ilustrador suizo y deseábamos su regreso... como diseñador del proyecto. De todas formas Arthur Marx, el diseñador de producción, ha realizado un trabajo absolutamente espectacular, respetando al máximo las fuentes y aportando nuevos elementos que potencian y enriquecen las formas de referencia. Dariusz Wolski, el fotógrafo, que trabaja por primera vez con Scott, se encarga añadir textura a todos los ambientes propuestos. Su respeto por los cromatismos del “Alien” original se deja sentir en los interiores de la Prometheus y los tonos fríos metalizados tiñen todos los detalles de la nave alienígena creando un cuadro visualmente muy atractivo. Una de las partes más importantes y que más especulaciones ha creado es el aspecto final que tendrían las criaturas del film, y es que el listón estaba muy alto (a los fans, específicamente a ese respecto, no nos importa que Prometheus, absurdamente, no quiera ser ubicado en el universo Alien) ya que la sombra de uno de los personajes más famosos del bestiario cinematográfico de todos los tiempos es muy, muy alargada. Está claro que el padre de la criatura original debería de haber sido el encargado de ejecutar el nuevo diseño, es más, era casi obligatorio... pero posiblemente la FOX no estaba dispuesta a volver a litigar con Giger por los derechos de imagen de la criatura. De todas formas, aunque lejos de lo que podía haber sido, el diseño de los ingenieros, seres omniscientes y ejemplo de la pureza, es muy acertado; físicamente perfectos y de piel pura e inmaculada. El gran problema del diseño quizás estribe en las dimensiones, pero ese no es un problema de los diseñadores sino del propio Scott, que debería de haber exigido respeto por las proporciones del jinete espacial original, el doble de grande, el doble de impresionante. Un error más que se añade a la montaña que acumula film. 

MÚSICA PARA DESCRIBIR UN FILM 

 Tengo que reconocer que, aunque las sonoridades de Streitenfeld me gustan, esperaba una miras más ambiciosas a la hora de elegir músico. No fue así y Ridley Scott decidió ser fiel al que ha trabajado con él en sus últimas películas. Una vez escuchada, la score de Steitenfeld no desentona en absoluto, aporta ambientes y acompaña bien la acción. El problema viene dado por los temas de otro músico, Harry Gregson-Williams, llamado a última hora para aportar otra dimensión a las imágenes. Los primeros sones del tema creado por Gregson-Williamsparecen hechos para remarcar (una vez más) que este proyecto se aleja definitivamente del universo “Alien” y lo hace, sobre todo al principio. 
El problema llega cuando el leiv motiv se repite en los momentos más inoportunos, destrozando escenas que lo último que necesitan es una música inadecuada. Para colmo de males, en un momento dado y embutido como guiño, emergen los sones del tema de “Alien” de Jerry Goldsmith, un detalle innecesario que termina por llevar la contraria a los que no se cansan de aconsejar por activa y por pasiva que nos olvidemos del film original. Definitivamente, la score, viene a subrayar todos los problemas que arrastra un film que no encuentra el camino en ningún momento. 

 LA SECUELA 

Aunque la película no haya funcionado como se esperaba habrá secuela, y será una oportunidad perfecta para ahondar en un universo muy rico y lleno de posibilidades, manteniendo si lo desean, y ahora sí, sólo el ADN de “Alien”. Damon Lidenlof no guionizará (ha sido despedido por mucho que él diga que tiene mejores cosas que hacer ¿cortar el césped?), corren pues vientos de esperanza para una saga que puede dar, y dará, mucho más de sí. 

 En definitiva, que entre cartógrafos que se pierden, atmosferas maravillosas, botánicos insensatos, diseños impresionantes, sintéticos metrosexuales fascinantes que a saber cómo han aprendido el dialecto alienígena para liarla de esa manera, una puesta en escena brillante, pilotos kamikazes, el uso del efecto práctico por encima del digital, dioses bipolares, paisajes asombrosos, heroínas de la vieja escuela, seres que harían las delicias de Lovecraft, villanas de culebrón y ancianos demasiado crédulos para merecer la existencia, me encuentro con una ensalada de regusto amargo pero que, a pesar de todo, y para colmo, estoy deseando volver a probar. 

 Y de momento cerramos esta primera etapa de colaboración con este magnífico blog que cierra por vacaciones. Para mí ha sido un autentico placer el compartir mi punto de vista, siempre personal, con ustedes. Espero no haber ofendido a nadie y si lo he hecho, oye, así es la vida, superadlo ;). Nos vemos en Otoño... si la dueña quiere.

miércoles, 8 de agosto de 2012

El final del desfile, Ford Madox Ford

Una de las obras maestras de la literatura del siglo XX por primera vez traducida al castellano. Justo antes de que caiga la era eduardiana, en los albores de la I Guerra Mundial, toma lugar esta historia de traición, romance y el horror de las trincheras. En el centro de la narración está la escandalosa separación de Christopher Tietjens, un clásico caballero inglés, conservador y convencional, e impecable súbdito de la corona inglesa, y su esposa Sylvia, una mujer bella, arrogante, contestataria y símbolo de los nuevos tiempos. Christopher ve cómo su matrimonio se desborona mientras Europa es consumida por la tragedia. 








 Título El final del desfile 
Autor (es) Ford Madox Ford 
Traductor MIGUEL TEMPRANO GARCIA 
Precio sin IVA 7,62 € 
Precio con IVA 8,99 € 
Sello LUMEN 
Fecha publicación 07/2012 
Formato, páginas EPUB, 1024 
Medidas 160 X 237 mm 
ISBN 9788426421234 
EAN
 Idioma Español 
Temática Novela 
Colección NARRATIVA 
Rango edad Adultos

martes, 7 de agosto de 2012

Reseña: Los secretos de la felicidad, Sarah Dunn.

Cuando el desamor hace acto de presencia, dejamos de ser nosotros para convertirnos en alguien que a veces nos cuesta reconocer. Nos dejamos. Desconectamos del mundo porque creemos que nada, ni nadie es más importante que nosotros mismos, que nuestras heridas y nuestro afán por estar lamiéndolas una y otra vez, con la falsa esperanza de que sanen. 

Hay muchos tipos de desamor, Holly, la protagonista de esta fantástica novela sufre posiblemente el que más cuesta superar, ese dónde tú aún sigues enamorada del hombre que a ti ya no te ama. 

 La vida de Holly, se ha convertido en una vida anodina, donde nada le resulta lo suficientemente motivador para hacer y deshacer. Hasta que por fin, entiende que la vida sin amor, sin querer, sin entregarse no deja de ser algo vacío. Como decían en la maravillosa película “El árbol de la vida” "Si no amas tu vida pasará como un destello". Pero esta escritora, (por si no os lo he dicho, es escritora. Escribe guiones para una serie muy popular con su íntimo amigo), todavía sigue cargando la mochila de las culpas, los por qué, las dudas, y las miles de preguntas que nos rondan cuando un amor llega a su fin. Es entonces, cuando decide adoptar un perro, pero no un perro normal y corriente, sino un perro muy enfermo, aquejado de una terrible enfermedad. 
Así, es nuestra protagonista, empática, cercana y con mucho amor que dar, más del que ella misma cree. Adoptar al perro, es el primer paso que da hacia la recuperación del corazón, esa que siempre nos cuesta la vida. 
 Holly, será testigo de cómo su mejor amiga, Amanda , que hasta ese mismo instante creía felizmente casada, le confiesa como le está siendo infiel a su marido con un hombre que conoció hace relativamente poco. Por otra parte, la protagonista también tendrá que lidiar con la novia de uno de sus ex novios. 

 Esta escritora, se dará cuenta, que las relaciones no son fáciles, que no todo es como ella pensaba. Que no todo el mundo es feliz y que todos, tenemos nuestro pequeño drama, nuestra pequeña historia que nos hace débiles, vulnerables….nos hace humanos. 

 Si queréis saber cómo acaban todas estas historias, debéis leer el libro y disfrutarlo…porque este es uno de esos libros que los disfrutas desde la primera página. Y, no, no penséis que es el “típico libro para mujeres” porque no lo es, además, odio esa definición, ¿qué es un libro para mujeres?, ¿un libro dónde se tratan los sentimientos? Esos los tenemos todos, independientemente del sexo. 

 Si queréis vivir varias historias de amor, a la vez, confusiones, unas poquitas de traiciones, pero traiciones inevitables… entonces tendréis que haceros con “Los secretos de la felicidad” de Sarah Dunn. El Miami Herald dice en su crítica que esta novela te va hacer feliz, yo no sé si tanto, pero lo que sí sé, es que os hará pasar un rato agradable. 
Es de esas lecturas que te dejan un dulce sabor de boca. 

 Sara Dunn, la autora, es guionista, y se nota. Es rápida, mordaz, sagaz…sabe perfectamente entremezclar el drama de las situaciones, con el sentido del humor, consiguiendo no caer en ningún momento ni en el sentimentalismo barato ni en la broma fácil. 
Este libro ha cumplido una función primordial para ser un buen libro, me he emocionado y hecho reír por partes iguales. 

 Ficha técnica: 
Título: Los secretos de la felicidad. 
Autora: Sarah Dunn 
Traductora: Pilar de Vicente Servio 
Páginas: 352 
Rústica hilo 
I.S.B.N: 978-84- 206-0877-8 
Código: 3472344 
Precio sin IVA: 17, 31 Euros. 
Precio con IVA: 18,00 Euros. 
Publicación: Junio 2012.

domingo, 5 de agosto de 2012

Lugares que fueron tu rostro, José Carlos Castaño

«Como en los soliloquios de las grandes tragedias de Shakespeare, el hombre se desnuda frente al espejo. Y he aquí lo que el espejo refleja: el recuerdo nebuloso de la infancia y la juventud, o el de la embriaguez que le condujo a escribir aquel primer libro de las maravillas. Borradores, palimpsestos, silencios. Pero ahora, a solas consigo mismo, desespera por completo. Y he aquí lo que ve: su cuerpo ya no es la palabra bella ni el grácil discurso. Ahora no es más que un corazón que late, la verdad que se ha librado de toda la literatura del mar, de la isla, de la estrella o de la piedra. Ahora es vida la palabra mar y la palabra estrella y la palabra piedra y la palabra isla. Son sangre estas palabras, vuelven a serlo, vuelven a estar vivas. Y sucede tan pocas veces... Yo los llamo poetas trágicos: R. M. Rilke, W. B. Yeats, Yannis Ritzos, J. A. Valente, Antonio Gamoneda, Joan Vinyoli, Andreu Vidal y José Carlos Cataño. Los demás vivimos una mortecina y académica juventud hecha de tinta, no de sangre, de sangre vieja, de sangre de Muerte». 
Albert Roig 

 Páginas: 96 
 ISBN: 978-84-02-42077-0 
Editorial: Bruguera poesía. 
Autor: José Carlos Castaño 
Título: Lugares que fueron tu rostro.

sábado, 4 de agosto de 2012

¡Tiéntame!, Jennifer Belle

Izzy Brilliant lleva una vida laboral de ensueño, tiene un marido fiel aunque algo neurótico y un estupendo apartamento en Manhattan. Pero cuando consigue cumplir su postergado deseo de ser madre, la despiden del trabajo y todo su mundo, matrimonio incluido, se viene abajo. ¿Debería seguir el ejemplo de su mejor amiga, mandarlo todo a la porra y ligarse a un cachas africano? ¿O resignarse a una vida rodeada de pañales, en paro y sin vida sexual? Otras obras de Jennifer Belle en esta serie: "En el mercado" 









 13,5 x 20 cm. 
448 Páginas 
Rústica Fresado 
I.S.B.N.: 978-84-206-0861-7 
Código: 3466721 9,52
IVA no incluido 9,90
IVA incluido 
Junio 2012

viernes, 3 de agosto de 2012

Escribiendo cine: La piel que habito, Pedro Almodóvar.

Basada en la novela "Tarántula", de Thierry Jonquet, publicada por Ediciones B.


La piel es el enorme receptor de nuestras sensaciones, de nuestros deseos expresados, de nuestras frustraciones contenidas. Todo se manifiesta a través de ella, como si fuese un altavoz del alma, dispuesta a erizarse ante la emoción, a estirarse ante el dolor, a envejecer lentamente, como las hojas de un libro que se va escribiendo con la pluma del tiempo y la escritura de la vida. El problema surge cuando la piel que se posee no es la que corresponde. 

 Si fuera así, si fuera posible habitar una piel distinta de la nuestra, entonces todos los deseos quedarían taponados por los ruidos sordos de un corazón que pugna por salir, todas las frustraciones quedarían al desnudo pues no se controlarían las sensaciones de la capa en la que nos escondemos, todas las emociones estarían limitadas a las propias del recuerdo y estarían adormecidas por tener que existir dentro de algo que no es más que una burda mentira, un engaño disfrazado de venganza y a través de una película que es un melodrama ligeramente disfrazado de psicología.
Así, Pedro Almodóvar, describe una parábola en la que está particularmente interesado y claramente entusiasmado pero parece que se le desfleca la trama al recurrir a un flashback que se podría haber ahorrado con una simple explicación. En el momento en que mete esa marcha atrás, todo se le cae en picado, hundiéndose en un profundo bache narrativo que bucea en elementos entresacados de El coleccionista, de William Wyler; de Vértigo, de Alfred Hitchcock; y de El silencio de los corderos, de Jonathan Demme y, sobre todo, por Los ojos sin rostro, de Georges Franju. Y aunque se mueve en los terrenos del absurdo sigue obsesionado con sacar adelante una historia que se aleje del melodrama y que no consigue realizar. Almodóvar, con su cámara certera, de planos de indudable belleza y de aciertos indudables en la puesta en escena, vuelve una y otra vez a lo mejor y, tal vez, lo único que sabe hacer: el drama sentimental.
Para ello cuenta con un Antonio Banderas que se muestra admirablemente entonado en algunas secuencias y que resulta extrañamente fingido en otras, como no encontrándose demasiado a gusto en el papel, y también con una Elena Anaya a la que se encarga de hacer llorar a discreción y que revela, en determinados instantes, que hay algún aire de excesiva y consciente importancia en lo que hace. En definitiva, ambos consiguen acompañar la irregularidad de una película que acaba por resultar torpe en un planteamiento que sólo comienza a entenderse pasados dos tercios de proyección y que se precipita a un desenlace rápido sin ningún nudo de por medio.
La venganza terapéutica propia de un psicópata obsesionado por revivir a través de cualquier medio los escasos momentos felices de su vida acaba en un inevitable viaje a la locura que convierte a Pigmalión en cenizas, víctima de sus propios sueños de deidad.
No hay nada mejor que unas cuantas costuras para atrapar la verdadera naturaleza del ser humano y condenarlo a vivir una vida que siempre será una falsedad suavemente maquillada de blanco y carmín. La respiración será la misma, la mirada será más sensible y la belleza incluso se hará evidente pero hay algo que no se borra ni con lo imposible visitando el cuerpo. Y lo malo de todo es que también hay algo de simpatía por el irresponsable de turno que no merece más que el rechazo.
 A menudo, habría que cerrar los ojos para intuir, en todas sus dimensiones, cómo cambia una vida si el aspecto fuera diferente.
Tal vez, la sensibilidad fuera fotografía. Tal vez, el equilibrio fuera una quimera. Tal vez, incluso, el asco de un beso podría convertirse en el cielo abierto con la lengua del deseo. Todo parece muy lejano y, sin embargo, hay algo de verdad al fondo. Por muy errado que ande quien dirige, el respeto por el intento no puede ser pasto de una mesa de quirófano.

jueves, 2 de agosto de 2012

Doble Reseña: Imperfecta Simetría (Darío Vilas, Rafa Rubio) y Piezas desequilibradas ( Darío Vilas)

El primer libro que leí de Darío Vilas fue “Instinto de Superviviente”, no os contaré nada de esta novela, ya que hace relativamente poco Francisco José Arcos Serrano realizó una fabulosa reseña del mismo.
 
Como iba diciendo, la primera novela que leí de este gallego fue su novela sobre zombis. Esta temática conocida como Z no me llama nada la atención. He leído varios libros sobre ellos y algunas antologías de relatos. Con ello me propuse entender qué había detrás de estos muertos vivientes que están tan en auge. Mis intentos han sido en vano. No me gustan, me aburren y por supuesto, no me dan miedo ninguno. Miedo me da la vida , las personas y de lo que estas son capaces. Aún así, he de reconocer que Instinto de Superviviente, me gustó mucho…está muy bien escrita y no es la típica novela al uso de terror zombi. Da unos giros inesperados que me resultan bastante interesantes. Es totalmente recomendable.

 Me atrevería a decir que Vilas, es un escritor que cuida muy mucho a sus personajes. Son los protagonistas absolutos y para mí como lectora, eso es importante y necesario. Me gusta saber el antes, el después y el por qué del comportamiento de los personajes de una novela. Él hace que quiera saber más de todos ellos.
 Más tarde cayó en mis manos un libro de relatos de este autor , escrito junto con Rafa Rubio “Imperfecta Simetría”. Recuerdo que leí estos trece relatos que lo componen en un viaje hacia Madrid.
Desde que abrí la primera página me quedé literalmente pegada al libro, no podía despegar ni mis ojos, ni mi mente y mucho menos mis emociones de semejantes historias.
 Me gustaron tanto estos relatos que no puedo por menos de hacerme con el otro libro de Darío Vilas “Piezas Desquilibradas”.
Éste se compone de once relatos desgarradores. Quizá sean casualidades de la vida, pero también lo devoré en un trayecto a Madrid. Es curioso, pero cuando unos libros como es el caso de estos dos, me gustan tantísimo, a la hora de hacer la reseña me quedó en blanco. Me cuesta transmitir con palabras lo que sentí al leer ambos ejemplares.

 En “Imperfecta simetría” la acción de los relatos se lleva a cabo en una isla de nombre Simetría… Allí viven todo tipo de seres con sus vilezas, bajezas y carencias. Me quedo con todos los relatos, porque este libro me fascinó, me emocionó y me dolió… sí, me dolió, porque en esos mismos momentos, Darío y Rafa habían escrito todo aquello que yo sentía y que no sabía explicar. Y lo sentí tan mío, me metí tan dentro de cada uno de los relatos que por un rato fueron míos.

En “Piezas desequilibradas” volví a caer rendida a los pies del gallego, y me autoproclamé fan acérrima de sus libros. Aquí nos vuelve a transportar por unas historias quizá menos poéticas que en “Imperfecta simetría”. Presenta algo que a mí me parece dificilísimo, y que Vilas consigue de manera magistral. Es meternos en esos entornos e historias sórdidas, con personajes atormentados. Ha creado unos personajes que provocan desde el desprecio más absoluto a empatizar con ellos.

 No sé cómo, pero consigue que algunos de los protagonistas de sus relatos te den auténtico miedo, repulsión, pero a la vez los entiendas y sientas compasión por ellos.

Se mueve entre colores; el negro más absoluto, el gris y el rojo pasión. Porque hay pasión dentro de estas historias tristes… mucha.

Leyendo a este autor me ha recordado ligeramente a Carver y sus historias cotidianas, sus pequeños dramas domésticos, dónde los personajes son extremadamente complejos. Magia pura.

 Pero dentro de todo ese mundo gris y sórdido…se ve belleza, incluso cierto lirismo que a mí me ha cautivado. Con mano de cirujano disecciona de maravilla los sentimientos humanos, desde los más bellos como es el amor hasta los más bajos y viles.

 Me gusta, Darío Vilas, me gusta mucho porque ha conseguido crearme nudos en la garganta, desatarlos, emocionarme, me ha intranquilizado, me ha asustado y ha conseguido que me retuerza varias veces en el asiento. Ha creado en mí un batiburrillo de sensaciones encontradas. Y, eso no es nada fácil y este chico lo logra.

 Sin ningún atisbo de duda, puedo decir que estas dos antologías de relatos han sido mis libros favoritos en lo que va de año.

 “No va a volver. La he perdido, y duele tanto que he dejado con motivo por primera vez, de existir. Soy una presencia física, sin alma, sin conciencia y, poco a poco, también sin dolor. Pero, para entonces, ya no seré humano, habré rebasado los límites de los sentimientos y me desintegré totalmente. Sólo espero que ese día llegue pronto, Y en un rincón de mi ser que todavía alberga esperanzas sueño con que ella venga a rescatarme de la alineación que me he ganado por méritos propios” 

 Por último, sólo espero que Darío Vilas nos sorprenda con una novela, con personajes así… tan humanos que dan miedo.

 Ficha Técnica:
Título: Imperfecta Simetría.
Autores: Rafa Rubio, Darío Vilas
Páginas: 118
ISBN: 978-84-937398-7-4
Editorial: Círculo Rojo.
Precio: 12 euros.
 
Ficha Técnica: 
Título: Piezas Desequilibradas.
Autor: Daría Vilas.
Páginas: 132
ISBN: 978-84-151046-9-8
Editorial: 23Escalones.
Precio: 14 euros.