Cito: "Tim Burton es uno de los realizadores más imaginativos y estimulantes de Hollywood en las últimas dos décadas" ¿Es, o lo ha sido? Muchos empezamos a preguntárnoslo ya.
Sombras Tenebrosas vuelve a reunirle por octava ocasión con su actor-fetiche: Johnny Deep. Es curioso, pero antaño Deep era el catalizador de las locuras de Burton y ahora tiene que ser (por obra y gracia de unos dividendos siempre canallas) justamente al revés. La cosa no puede ser menos estimulante. Siempre he pensado que Deep debería de pagar a Burton parte de sus ganancias cada vez que echa mano de su vena excéntrica, al fin y al cabo personajes como Jack Sparrow (en este caso la Disney entera debería de soltar una morterada al bueno del chico de Burbank) no dejan de ser una magnificación de los manierismos heredados de los films de Tim.
Está claro que con este nuevo trabajo tanto crítica como público (excluyo a los extremistas de Burton) han arrojado un veredicto muy tibio. Eso no es bueno en una obra que pretende sobretodo divertir con el gag como base, una intención simple y efectiva que funciona perfectamente en otro tipo de productos y que no ayuda en absoluto a Sombras Tenebrosas.Y es que si hay algo que ha caracterizado a sus films (A.D. El Planeta de los Simios, con la honrosa excepción de "Sweeney Todd,") es el saber caminar perfectamente sobre un fino alambre sin, no solo no caerse, sino siquiera dudar, y la sucesión de gags no ayuda nunca a que el film cobre el equilibrio narrativo que necesitaría para no estrellarse.
Ya han sido varios los films de Tim en los últimos tres lustros que no me han llegado a convencer del todo pero son disfrutables (Big Fish, La Novia Cadáver), no me han gustado pero les reconozco momentos brillantes (Charlie y la fábrica de chocolate) o, directamente no me han gustado (Alicia). Sombras Tenebrosas, sencillamente, me ha decepcionado.
No me considero seguidor de la saga de Barnabas Collins (a duras penas sobreviví al visionado de la versión cinematográfica del 70) pero cuando se anunció que el proyecto de adaptación recaía en las manos de Burton... me ilusioné, y mucho, quizás porque la base era lo suficientemente darkie y aún confiaba en la personalidad de ese niño oscuro, y asustadizo, y loco, que se arrancaba dientes a escondidas y se divertía enseñándolos a sus compañeros de Disney (todo un ejemplo para la empresa, je, lo adoro), de ese niño que amenazaba a los jefes del estudio con tirarse por la ventana si no le dejaban poner a su película Beetlejuice de título (a fe que casi nos quedamos sin película, título... y director), de ese niño que se escondía en un armario huyendo asustado de una Sean Young, que disfrazada de gata y látigo en ristre, le rogaba por el papel de Catwoman (gracias a dios en esta ocasión no había una ventana cerca) de ese niño que... se ha hecho mayor, que ha encontrado una pareja estable, que es padre y que ha dejado de ser oscuro, asustadizo y loco, dando pie a un film que es como un adulto casado, aburguesado y padre a vistas de un niño: aburrido, complicado, en ocasiones obsceno, poco dado a la acción, convincente aunque cargante a la hora de recrear épocas pasadas y con escasa gracia. Para colmo , y al contrario de lo que ocurrió con Alicia, Danny Elfman está a la par del film y firma una de las bandas sonoras menos inspiradas de su carrera junto a Burton. ¿Pero la culpa de todo esto es exclusivamente de Burton y su troupe? No, seguro, porque siempre, siempre, detrás de cualquier película fallida que haya salido de las manos de un director capaz hay un guión que no está a la altura. Lo curioso es que Seth Graheme-Smith, el guionista, es otro de esos tipos acostumbrado a estar sobre el alambre que antes mencioné, escribir "Orgullo, Prejuicios y Zombies" y "Abraham Lincoln, cazavampiros y salir airoso no es moco de pavo, si han leído estás dos obras y la comparan con el libreto de "Sombras Tenebrosas" se darán cuenta de que el material encargado no puede estar más alejado de su estilo. En fin, que a ver qué pasa con Frankenweenie.
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