martes, 20 de marzo de 2012

Historia de amor literaria de AntoniaCG



Aquí os dejo mi particular idilio con “La sombra del viento”

Título: La sombra del viento
Autor: Carlos Ruiz Zafón


“Todavía recuerdo aquel amanecer en que mi padre me llevó por primera vez a visitar el cementerio de los libros olvidados. Desgranaban los primeros días del verano de 1945 y caminábamos por las calles de una Barcelona atrapada bajo cielos de ceniza y un sol de vapor que se derramaba sobre la rambla de santa Mónica en una guirnalda de cobre liquido”

Con estas líneas comienza mi idilio con “La sombra del viento”, hace unos 8 años que este libro cayó por primera vez en mis manos, yo contaba por aquel entonces con 14 años y la literatura ya era la base de mi vida.
Recuerdo que era el año del “boom” de “La sombra del viento” y por curiosidad, probé a leerlo, tenía algo totalmente diferente a cuantos libros había leído antes, estaba narrado en un lenguaje sencillo, fácil de entender incluso para una niña de 14 años. Las descripciones de los lugares y los momentos eran tan exactas que te hacían sentir como si estuvieses viviendo la historia en primera persona. Desde entonces releo este libro al menos dos veces al año y cada vez lo vivo con más intensidad.

He pasado largas horas de lectura, tirada en el suelo frente a un radiador, perdida día y noche de la mano de Daniel Sempere en esa Barcelona de la postguerra, soñando con cada momento descrito entre las páginas de “La sombra del viento”. Prácticamente he llegado a memorizar una gran parte del libro, he crecido entre sus líneas y él ha sido testigo de todos mis estados de ánimo.

Cada vez que me he entregado a este libro he perdido la noción del tiempo, del espacio, y casi hasta mi cordura.
Me he sumergido en lo más profundo de la historia que Zafón creó. He sido cómplice de los misterios de Julián Carax, compañera de las aventuras de Fermín y me he sentido amiga y amante de Daniel.
A veces he llegado a preguntarme como se puede vivir con tanta intensidad algo escrito, algo inventado.
Había noches en que soñaba con Daniel y yo era su Bea, algunas veces me encontraba en el caserón de los Aldaya abrazada a él, otras en cambio, esta vez en la piel de Penélope, estaba encerrada en una habitación vacía pidiendo a voz en grito que me dejaran salir para tener a mi bebe.
Me involucraba de tal forma en el libro que había momentos en los que realmente me creía caminando por las calles de Barcelona, o recorriendo con mis dedos los lomos de los libros alojados en las estanterías del Cementerio de Los Libros Olvidados. Odié a Fumero como si fuera alguien real. Perseguí a Laín Coubert hasta en mis sueños. Llegué a amar a Carax como escritor incluso sin existir.

Sé que puede parecer una locura, pero realmente vivo con la realidad de lo que se puede tocar todo lo que Carlos Ruiz Zafón escribe y esta novela, es quizás la que más ha marcado mi vida.

….”Al poco, figuras de vapor, padre e hijo se confunden entre el gentío de las Ramblas, sus pasos para siempre perdidos en la sombra del viento”…. (Final de “La sombra del viento” por Carlos Ruiz Zafón)


AntoniaCG


1 comentario:

  1. Esa experiencia que cuentas la he vivido yo con muchos libros a lo largo de mi vida.. Nunca encont´r mejor forma de evadirme y soñar... Gracias..

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